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Vol. 53. Issue 198.
Pages 43-46 (April 2018)
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Identificación de talento en el jugador y su desarrollo en el fútbol
Player talent identification and development in football
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37985
Ricard Prunaa, Luz Miñarro Tribaldosb, K.. Badhurc
a Servicios Médicos, Futbol Club Barcelona, Barcelona, España
b Universidad Miguel Hernández de Elche, Elche, Alicante, España
c University of Zululand, Kwadlangezwa, Sudáfrica
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El deporte tiene el poder de cautivar a las persones a través de la participación activa de los espectadores o consumidores de deportes en todos los países, convirtiéndolo en uno de los aspectos más universales de la cultura popular1-3. Aproximadamente el 4,1% de la población mundial juega al fútbol profesionalmente, por lo que es el deporte más popular del mundo. Además, hay muchos más jugadores aficionados y de recreación. El interés global y la mayor competitividad del deporte han llevado a los clubes de élite a buscar por todo el mundo a los mejores jugadores y a jugadores con el potencial para convertirse en los mejores3,4.

Los buenos jugadores no se crean de la noche a la mañana, sino que el talento natural y la capacidad deben nutrirse para que los jugadores puedan desarrollar su potencial. Los procesos que dan forma al éxito de los deportistas en cualquier deporte están condicionados por la respuesta del jugador a las múltiples interacciones y estímulos ambientales que se presentan día a día. En consecuencia, es importante considerar al jugador como una entidad multifactorial y evaluar si será capaz de adaptarse a las situaciones que se le presenten.

La identificación del talento es un área clave dentro del desarrollo deportivo. La identificación del talento deportivo tiene como objetivo detectar, captar, seleccionar y promover al atleta que tiene las habilidades y competencias y, por lo tanto, el potencial para asegurar, en la medida de lo posible, el logro del éxito competitivo. A pesar de que el deporte federado internacional se ha centrado en la difusión y la promoción de planes específicos para el desarrollo del talento deportivo, no existe un consenso universal, ni en la elaboración, ni en las estrategias de acción, ni en cómo configurar cada uno de estos planes5. Esto ha llevado a muchos países a desarrollar sus programas de identificación de jugadores de forma no sistemática y no estructurada que pueden comprometer el proceso de desarrollo. A menudo se ha utilizado un método ensayo-error, «teoría de las colisiones», donde el jugador colisiona con el deporte para el que tiene condiciones más accidentales, en lugar de ser seleccionado como resultado de un proceso intencional, coordinado y sistemático6. Esto podría ocasionar que los jugadores con potencial para tener éxito en un deporte participen en deportes que no les dan las mejores posibilidades de éxito, y dentro de un deporte específico puede llevar a los jugadores a terminar jugando en posiciones que no maximicen su potencial natural.

El talento debe ser identificado a una edad temprana para que pueda nutrirse adecuadamente para desarrollar los mejores jugadores. Es vital que los deportistas reciban el mejor servicio posible para predecir sus atributos y habilidades; mientras que algunos deportistas surgen por «generación espontánea», otros lo hacen como producto de campañas sistemáticas de búsqueda basadas en criterios científicos y metodológicos. Hay cuatro etapas involucradas en la conversión de un jugador talentoso en un deportista de élite. Estas incluyen detección, identificación, desarrollo y selección. Se pueden usar diferentes aspectos del apoyo científico en las últimas tres etapas. A pesar de la disponibilidad de recursos científicos y de experiencia, muchos programas de identificación de talentos carecen de una sólida base científica7.

Uno de los mayores desafíos a que se enfrenta el fútbol es la falta de un buen apoyo científico y médico dentro de las estructuras de desarrollo. El desarrollo del jugador también es un objetivo clave, y actualmente existen limitaciones en los programas de talento que se ejecutan en varios países. La falta de buenas estructuras de desarrollo significa que muy pocos jugadores alcanzan los niveles más altos de rendimiento, compromete la duración de las carreras de fútbol, hace que los jugadores sean más susceptibles a las lesiones y afecta a los resultados de los equipos nacionales. La situación es aún peor para las jugadoras, ya que las ligas femeninas superiores siguen siendo ligas amateurs.

Dentro de cualquier dominio deportivo, el hecho de tener talento y potencial no se traduce automáticamente en capacidad y éxito. La identificación del talento es un proceso multi-factorial, y es importante no solo ver al jugador como es ahora, sino mirar en qué puede convertirse con el apoyo adecuado. Definitivamente, hay otras variantes tan importantes como el talento natural en sí mismo, como los factores sociales, afectivos, motivacionales y temperamentales8. ¿Quién es más «talentoso», el atleta que posee una serie de habilidades adecuadas para una especialidad deportiva en particular, o el que tiene la mejor capacidad para adaptarse, con el tiempo, a las demandas de entrenamiento y competición?5.

Ha habido progreso en el desarrollo del fútbol. Los futbolistas ahora cuentan con programas completos de entrenamiento físico. La disponibilidad de más herramientas de entrenamiento y disciplinas desarrolla jugadores que no solo son buenos futbolistas, sino también atletas más fuertes y rápidos7,9. A menudo, los programas de identificación de talentos se pueden enfocar en el rendimiento físico o aislar componentes específicos de aptitud en lugar de considerar todos los factores que son clave para el rendimiento. El fútbol es un deporte multidimensional con jugadores que deben tener diferentes habilidades y capacidades en diversas disciplinas para tener éxito. Históricamente, los programas de identificación de talentos se han centrado en las habilidades físicas objetivas pero limitantes, sin tomar en consideración la complejidad del rendimiento futbolístico10.

La identificación del talento en el fútbol está relacionada con la búsqueda del potencial de los jugadores para jugar en un nivel superior. Se trata de predecir el rendimiento durante varios períodos de tiempo mediante la medición de los atributos físicos, fisiológicos, psicológicos, cognitivos y sociológicos, así como las habilidades técnicas. Las características de rendimiento experimentadas durante esta fase deben basarse en las requeridas durante el juego11.

En el fútbol, los componentes como la velocidad, la agilidad, la fuerza muscular y la potencia son importantes, pero la habilidad de un jugador para leer el partido es fundamental, y utiliza los componentes de condicionamiento físico dentro de un dominio específico del fútbol. El cerebro, obviamente, juega un papel importante, debido a su asombrosa capacidad para la neuroplasticidad12. La capacidad cognitiva y las habilidades visuales-perceptivas, así como las habilidades psicológicas generales, son tan importantes como las habilidades técnicas y físicas en el proceso de identificación y desarrollo del jugador.

El desarrollo del jugador consiste en que aprenda habilidades técnicas específicas y comience a entender el juego táctico. La identificación del talento no se basa simplemente en lo que el jugador sabe en el momento de ser evaluado, sino también en su capacidad para aprender, desarrollarse y progresar en su capacidad para ejecutar sus habilidades. Un número infinito de factores interactúan con el deportista que durante su aprendizaje, así como cuando se le enseñan habilidades específicas, las automatiza y asimila en forma de reglas y costumbres adquiriendo valores y principios inherentes a su propio deporte. Las neuronas desempeñan un papel importante en la transferencia de información para procesar estímulos y luego ejecutar acciones. La producción y el funcionamiento de las neuronas se pueden modificar mediante una combinación física y mental. El entrenamiento físico aumenta la cantidad de neuronas nuevas, mientras que el entrenamiento mental aumenta la supervivencia de estas. Cuando se combinan el entrenamiento mental y el físico con la estimulación, el funcionamiento cognitivo aumenta13.

En el área cognitiva hay una correspondencia entre lo automático y lo inconsciente. Por lo tanto, vemos que los atletas practican reiteradamente una o varias acciones para lograr convertirse en uno con estas características y así poder concentrarse y centrar la atención en otros objetivos que deben abordarse de manera más consciente14. Los jugadores deben aprender no solo cada habilidad específica, sino también cómo integrar esas habilidades individuales dentro de un contexto dinámico o segmento de juego. Es por eso que la creación de mapas cerebrales es uno de los pilares fundamentales para el desarrollo de un jugador.

Cada acción del fútbol incluye un elemento cognitivo. Los jugadores toman decisiones con el cerebro, que desempeña un papel en el análisis de todos los estímulos a los que está expuesto el jugador y permite que los jugadores tomen las decisiones correctas. Las decisiones en el fútbol son naturales y dinámicas, y los jugadores deben tomar decisiones correctas bajo presión, en un tiempo limitado, durante varias intensidades de ejercicio, y a veces con recursos e información limitados13,15. Las secuencias de estas acciones no se reproducen exactamente a lo largo del partido ni se pueden predecir con precisión. El proceso de toma de decisiones en el fútbol es muy complejo y requiere un alto nivel de habilidad. Cada jugador abordará una situación a su manera y confiará en una combinación de intuición, experiencia y normativa del juego. El dominio de los mecanismos cognitivos específicos que los expertos adquieren les permite anticipar las demandas de recuperación futuras, predecir correctamente el resultado de una situación y adaptarse a un entorno dinámico13,15. Adquirir estas habilidades es un proceso que comienza en el nivel juvenil y debe ser el componente central del desarrollo del talento.

Un jugador puede tener alta capacidad cognitiva, pero la ejecución de habilidades cognitivas se puede ver afectada por situaciones de fatiga, falta de concentración, miedo y ansiedad, duda, nivel de activación, situación del partido, historia con oponentes, tensión muscular, lesión, etc., todo a un nivel que impacta en el funcionamiento cognitivo. Por lo tanto, entrenar activamente las habilidades cognitivas dentro de un contexto de fútbol bajo diferentes condiciones es una consideración importante en el entrenamiento y en el desarrollo de los jugadores15.

La composición corporal siempre se ha considerado como un componente de la identificación del talento. Predecir la altura de los jugadores en la madurez puede proporcionar información sobre los tipos de deporte y posiciones para los que el jugador es adecuado. Se puede obtener información adicional del análisis biomecánico. Hoy en día las características morfológicas deberían ser un determinante secundario en la selección de talentos. Es evidente que un jugador con genu valgo tendrá en principio menos habilidades que uno con genu varo.

El desarrollo de jugadores jóvenes es un proceso muy sistemático y complejo que es vital para el futuro del jugador16. Los jugadores jóvenes se someten a formas muy rigurosas de aprendizaje del fútbol, que incluyen entrenamiento para el juego (partidos competitivos) que se hace extensivo al entrenamiento fuera del juego (condicionamiento físico) y a la integración cultural. El desarrollo de las habilidades depende de una base física sólida. Los jugadores deben estar preparados para correr más rápido, llegar a ser más fuertes y más flexibles y más ágiles16,17.

Las edades comprendidas dentro de la escuela secundaria son una etapa crucial en el entrenamiento deportivo, que por lo tanto debe llevarse a cabo con gran precisión, atención y cuidado18. El deporte de alto rendimiento exige deportistas cada vez más calificados para soportar grandes cargas de entrenamiento en volumen e intensidad. Cada etapa de crecimiento corresponde a características biológicas específicas que deben ser respetadas19. La incidencia lesional en el fútbol juvenil oscila entre 2 y 7 lesiones por cada 1.000 h de fútbol, en jugadores de entre 13 y 19 años. El número de lesiones sufridas durante el entrenamiento y los partidos aumenta de la infancia a la adolescencia20.

Uno de los principios clave del entrenamiento es la sobrecarga, en que los jugadores están expuestos a una mayor carga de trabajo que antes. Esta exposición crea cierto «daño» al jugador, pero es el catalizador para la mejora del condicionamiento. Los jugadores deben ser capaces de soportar estas nuevas cargas de trabajo y adaptarse al daño. Sin embargo, cuando no se administran correctamente las cargas de entrenamiento, o los métodos de entrenamiento son incorrectos, pueden provocar lesiones. La lesión debe ser entendida como un proceso de adaptación y selección natural, al cual se está adaptando el deportista constantemente, dándole las cualidades y habilidades que le permiten destacar en su deporte o abandonándolo para siempre. La secuencia o los desequilibrios que han causado una lesión deben considerarse como adaptaciones positivas antes de implementar medidas preventivas de corrección, que en la mayoría de los casos, y especialmente en deportistas profesionales, pueden ser altamente contraproducentes.

Los perfiles de lesiones también varían según los diferentes grupos de edad. Esta información puede desempeñar un papel en la mejora de la calidad del entrenamiento en diferentes grupos de edad y contribuir a estrategias de prevención de lesiones tanto a corto como a largo plazo20. Por tanto, es importante tener en cuenta el momento del desarrollo biológico / evolutivo que tiene el deportista a temprana edad, ya que la intensidad de las acciones a menudo significa que los músculos crean una predisposición a la lesión. Los entrenadores se enfrentan al desafío de someter a los jugadores a cargas lo suficientemente duras como para que se adapten y progresen, pero sin exagerar, para evitar el riesgo de lesiones. Sin embargo, hay situaciones en las cuales los entrenadores y los padres no se involucran en el control o en el descanso cuando están lesionados, o realizan acciones que aumentan el riesgo de lesiones durante el entrenamiento y los partidos20.

El entrenamiento de jugadores jóvenes difiere del de los jugadores maduros, ya que durante la postadolescencia los jugadores experimentan un desarrollo físico. Con el fin de garantizar que los jugadores se desarrollen para alcanzar su potencial, deben considerarse numerosos aspectos. El entrenamiento no debe basarse solo en la edad sino —y lo que es más importante— en la etapa de desarrollo físico que atraviesa el jugador. De los 16 a los 18 años, el sistema neuromuscular se desarrolla de manera óptima. Juntamente con el desarrollo físico, ello dicta los programas de entrenamiento. Es durante estos años que los diferentes componentes físicos se pueden incorporar eficientemente en los programas de entrenamiento. Por lo tanto, durante estos años los entrenadores aseguran que la coordinación del equilibrio, la función muscular, la velocidad y la agilidad se introduzcan en un programa completo17,21,22.

Es vital que los jugadores sean tratados como individuos y los programas estén diseñados para satisfacer sus necesidades específicas. Muchos equipos, tanto a nivel internacional como a nivel de clubes, pasan mucho tiempo trabajando en pequeños grupos y con individuos concretos poniendo un poco de énfasis en el individuo por el hecho de que cada jugador se encuentra en una fase diferente de la pubertad. Esto ayuda a garantizar que cada jugador obtenga el mejor beneficio del entrenamiento17,21-23.

Numerosos clubes profesionales de todo el mundo invierten en estructuras juveniles y asignan tantos recursos como sea posible para alimentar a este talento. Uno de los problemas para reclutar jugadores entre las edades de 16-19 años es el hecho de que el índice de desarrollo fisiológico durante estos años es muy rápido, y esto puede obstaculizar los pasos del desarrollo si no se utiliza la experiencia correctamente24. La madurez influye en la velocidad de carrera lineal, la fuerza máxima isométrica y el índice de desarrollo de la fuerza.

El entrenador ejerce una enorme influencia psicológica en sus jóvenes deportistas y debe aprovecharlo para promover procesos de funcionamiento mental que contribuyan favorablemente a su formación deportiva y humana. Investigadores como Smith i Smoll25, Riera y Cruz26 y Buceta27 han observado en distintos estudios que los entrenadores de deportistas jóvenes que se caracterizan por un estilo operativo específico (planificación adecuada de objetivos, uso frecuente de refuerzos positivos, habilidades de comunicación, empatía) hacen que sus atletas se sientan más satisfechos con el deporte, tengan más continuidad en el deporte y, finalmente, entrenen mejor y alcancen metas más altas. Por lo tanto, cuando se buscan entrenadores juveniles es importante no solo que posean conocimiento del fútbol, sino también que tengan la personalidad adecuada para educar a los niños y relacionarse con sus padres25-28.

Los jugadores deben estar preparados para las habilidades específicas y luego recibir entrenamiento para mejorar sus habilidades. Deben ser formados y recibir el apoyo para desarrollar sus mentes de fútbol, se les anima a hacer preguntas y aprender las razones más allá del programa que deben seguir. Esto puede mejorar la adherencia al programa. La adherencia de los deportistas al plan de entrenamiento estará vinculada a la motivación que tienen. El objetivo es enfatizar la actuación más que los resultados. Se trata de lograr deportistas orientados al dominio de las tareas motoras del deporte que practican. El campo psicopedagógico en los niveles infantil y juvenil / adulto debe estar dirigido a la percepción de eficacia en sus habilidades, y que esto se desarrolle en un ambiente de trabajo agradable y socialmente integrado.

El éxito en cualquier deporte no se limita al desarrollo físico, cognitivo, técnico y táctico de un jugador. A nivel de élite, incluso los jugadores más jóvenes están expuestos a mucho estrés y presión, y es importante que tengan el apoyo psicosocial para ayudarles a hacer frente a los intensos altibajos que están asociados a formar parte del mundo deportivo29.

Recientemente ha habido un incremento de la importancia de la salud mental en los profesionales del deporte. Los estudios han demostrado niveles más altos de depresión que en la población general. Los componentes biológicos juegan un papel importante, pero aparte de ello, diferentes factores vinculados a la predisposición biológica como lesiones, sobreentrenamiento, trastornos del sueño, jubilación, alcohol, presión y estrés subrayan la importancia de estructuras de apoyo social adecuadas, a que los interesados dentro de los clubes deben prestar atención y confiar29.

La globalización ha comportado un aumento de migración en la participación deportiva. La identificación del talento tiende a tener lugar en diferentes entornos, con equipos y federaciones dispuestos a viajar a áreas remotas para identificar al talento. Sin embargo, el desarrollo del talento puede requerir que los jugadores dejen sus hogares y se reubiquen para vivir en o cerca de centros de enseñanza, que tienen la tarea de garantizar el progreso académico del jugador, pero también están encargados de su evolución general dentro y fuera del campo3.

Salir de casa y mudarse a una nueva ciudad o país requiere un ajuste y puede aumentar los niveles de estrés experimentados por los jugadores. Los impactos del cambio pueden tener consecuencias para el jugador dentro y fuera del campo. Cosas como perder a familiares y amigos, adaptarse a un nuevo idioma y adaptarse a un nuevo estilo de fútbol son las dificultades más destacadas que experimentaron los jugadores. Uno de los retos del juego del fútbol moderno es asegurar que la nostalgia sea limitada y que los jugadores tengan suficiente apoyo y tiempo cuando se muden a otras ciudades. Los clubes desempeñan un papel clave en este proceso y ayudan a los jugadores a encontrar una atmósfera adecuada. La parte del fútbol es un componente vital, y es importante que el cuerpo técnico y otros jugadores den la bienvenida a nuevos jugadores, y darles suficiente tiempo y apoyo para que se adapten. Los jugadores jóvenes, en particular, requieren apoyo y asesoramiento para garantizar que no se aíslen de su familia o de su núcleo de apoyo fuera del fútbol. Tener un entorno que dé la bienvenida a las familias de los jugadores y les haga sentir que forman parte del club puede ayudar a la transición del jugador joven y proporcionar un apoyo psicosocial más sólido3,15.

En conclusión, es necesario investigar para lograr una metodología científica a nivel universal, en la que se basan los identificadores de talentos, para reclutar a jóvenes y que sean entrenados progresivamente para lograr su máximo desarrollo posible, siendo fieles al proceso de maduración biológica y psicológica en el que se encuentra cada jugador y teniendo en cuenta otros factores además de las habilidades físicas que él posee, para desarrollar futbolistas con un futuro prometedor y duradero y no promesas jóvenes que se quedan a mitad de camino.


* Autor para correspondencia.

Correo electrónico: khatijab@gmail.com (K. Badhur).

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