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Vol. 48. Issue 179.
Pages 103-108 (July - September 2013)
Vol. 48. Issue 179.
Pages 103-108 (July - September 2013)
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Potenciales aplicaciones del entrenamiento de hipoxia en el fútbol
Potential applications of hypoxia in football training
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11667
Jesús Álvarez-Hermsa,
Corresponding author
jalvar54@xtec.cat

Autor para correspondencia. jalvar54@xtec.cat
, Sonia Julià-Sáncheza, Aritz Urdampilletab, Francesc Corbic, Ginés Viscora
a Departament de Fisiologia i Immunologia, Universitat de Barcelona (UB), Barcelona, España
b Departamento de Nutrición, Facultad de Farmacia, Universidad del País Vasco (UPV), España
c Facultat de Ciències de l'Activitat Física i l'Esport - Institut Nacional d'Educació Física de Catalunya, Centre de Lleida, Universitat de Lleida (Udl), Lleida, España
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Resumen

En el fútbol profesional entrenar en hipoxia no es una práctica extendida, aunque las posibles mejoras en el rendimiento físico obtenidas a través de su uso podrían ser relevantes en la preparación y recuperación física. El carácter de esfuerzo intermitente que define el fútbol requiere que el jugador se recupere lo más rápido posible entre esfuerzos de alta y baja intensidad. En un estudio previo realizado por este grupo de investigación se constató una mejora significativa de la frecuencia cardíaca de recuperación desde esfuerzo máximo después de realizar un protocolo de entrenamiento de fuerza resistencia en hipoxia intermitente. Del mismo modo, los beneficios fisiológicos de la exposición y entrenamiento en hipoxia podrían aumentar el rendimiento individual de los jugadores de fútbol. Este estudio pretende revisar los estudios publicados sobre el tema y el uso y las posibles aplicaciones del entrenamiento en hipoxia para el rendimiento físico en el fútbol.

Palabras clave:
Hipoxia
Fútbol
Fisiología
Entrenamiento
Abstract

The use of hypoxia in professional football training is not widely used although improvements in physical performance obtained with hypoxia could be relevant for the fitness and physical recovery. Football is defined as an intermittent effort sport and requires that players recover as quickly as possible between great efforts. In a study previously carried out by this research group a significant improvement was found in heart rate recovery from maximal exercise after performing strength resistance training in intermittent hypoxia. Similarly, the physiological benefits of exposure and training in hypoxia may increase the individual performance of soccer players. The main aim of this review is analyze the literature on the use and possible applications of hypoxia training for physical performance in football.

Keywords:
Hypoxia
Football
Physiology
Training
Full Text
Introducción

En los últimos años, el fútbol profesional ha evolucionado considerablemente en los métodos utilizados para la mejora del área condicional, la recuperación, la preparación psicológica, la prevención de lesiones y la rehabilitación. En paralelo, la exposición a hipoxia (aguda, crónica, intermitente, real, simulada, activa o pasiva) es utilizada como método de entrenamiento para la mejora del rendimiento físico-deportivo. Aun así, no existe una prescripción definitiva sobre la mejor «dosis» exacta en el uso y exposición de hipoxia, sobre todo en deportes de carácter intermitente y colectivo. Diferentes autores han analizado gran cantidad de trabajos científicos existentes sobre la temática con resultados ambiguos sobre su utilización1. Bonetti et al.1, en un artículo de metaanálisis exhaustivo sobre ejercicio físico en hipoxia, describen un consenso en la prescripción de ejercicio para la mejora del rendimiento aeróbico pero argumentan discrepancias en el posible efecto del entrenamiento anaeróbico e intermitente.

El deporte colectivo, a diferencia del deporte individual, está integrado en un sistema técnico-táctico de conjunto donde el rendimiento final no está necesariamente relacionado con variables fisiológicas, anatómicas o mecánicas, aunque sí parece estar influenciado positivamente por ellas.

El interés científico-deportivo del estudio fisiológico de la respuesta a la altitud tiene sus inicios a partir de los grandes éxitos logrados en pruebas de fondo por los atletas africanos residentes en zonas de altitud moderada (1.800-3.000 m sobre el nivel del mar) en los Juegos Olímpicos de México de 1968, donde su irrupción en el panorama deportivo fue sorprendente2.

Esta situación ha propiciado que se genere un especial interés entre la comunidad científico-deportiva por el estudio de los posibles factores que permitan explicar un incremento en el rendimiento de los atletas que viven en altitud respecto a los que lo hacen en normoxia, relacionando en última instancia los efectos de la altitud con un incremento en el rendimiento. Esta afirmación no puede considerarse una afirmación definitiva, pues los factores de rendimiento deportivo final son multifactoriales (motivación, ambiente deportivo, mentalidad…). Existen numerosas hipótesis que han surgido en el transcurso de los años que intentan explicar dicha mejora y se han descrito, desde un punto de vista científico, cambios fisiológicos orgánicos en el ser humano después de la exposición a diferentes alturas2.

El organismo humano obtiene energía a través de procesos metabólicos aeróbicos y anaeróbicos3, y la respuesta metabólica es diferente en función de la intensidad del estímulo. La capacidad de rendimiento física en hipoxia se ve ligeramente disminuida a medida que la altitud a la cual se realiza la actividad física es mayor4. Existe un cierto consenso científico sobre la utilidad de los efectos de exposición a la altura sobre el rendimiento deportivo predominantemente aeróbico5 y su utilización está extendida en el entrenamiento deportivo en pruebas de medio fondo y fondo de carácter individual (ciclismo, atletismo, triatlón, remo…). En contraposición, el entrenamiento en hipoxia para mejorar los efectos del rendimiento anaeróbico han sido menos estudiados: los estudios difieren en su protocolización y medición, y por ello su aplicación es más controvertida. Aun así, existen diversos estudios que argumentan efectos positivos sobre el rendimiento anaeróbico6, 7, 8.

La periodización anual en fútbol requiere de una estructuración diferente a la utilizada en los deportes de rendimiento individual. Aunque existen diferentes metodologías de periodización en el fútbol en función de los diferentes métodos y sistemas de juego utilizados, es común a todos ellos que se busque conseguir el mantenimiento de un rendimiento alto (pero no máximo) durante el máximo tiempo posible, a lo largo de la temporada9, con picos de forma puntuales en función de los objetivos deportivos.

El objetivo de este trabajo es realizar un análisis de los efectos del entrenamiento físico con exposición a hipoxia (intermitente, crónica, aguda, real o simulada) y su posible aplicación en el fútbol, con el objetivo de maximizar el rendimiento físico individual. Se ha revisado y analizado un amplio número de publicaciones científicas de relevancia relacionadas con el rendimiento deportivo en general para justificar y resumir los aspectos positivos y negativos (fisiológicos, mecánicos y perceptivos) que podría devenir de su aplicación en el entrenamiento en el fútbol.

En el campo de la rehabilitación y/o recuperación de estados de lesión e inactividad, la aplicación del entrenamiento en hipoxia en períodos de recuperación o en jugadores lesionados también puede resultar interesante como forma de mantener estados de forma más elevados o como medio para facilitar la reintroducción del jugador lesionado en la dinámica grupal lo antes posible después de períodos de inactividad10. En este último punto, Álvarez-Herms et al.11 comprobaron que el entrenamiento de fuerza-resistencia en hipoxia hipobárica en un grupo de deportistas mejoraba la frecuencia cardiaca de recuperación y la capacidad anaeróbica láctica en un ejercicio máximo, en comparación con un grupo control en normoxia. Este aspecto sería importante para que jugadores lesionados pudieran entrenar (fuerza, reeducación postural, exposición pasiva a altitud…) en la fase de baja y, mediante el estímulo externo y perceptivo-fisiológico aumentado de la hipoxia (que aumenta las necesidades metabólicas y adaptativas), compensar esta falta de estímulos intensivos específicos. El objetivo en este caso sería volver a la dinámica del grupo en mejor condición física que realizando el mismo entrenamiento de rehabilitación en normoxia10.

En el alto rendimiento deportivo es clave el término de la especificidad en el entrenamiento. Este aspecto es clave en la potenciación del entrenamiento deportivo profesional, y por ello la aplicación de nuevas metodologías adaptables debe ser tomada en consideración de cara a mejorar los sistemas de entrenamiento.

Estado de la cuestiónAnálisis científico de la fisiología y la hipoxia

A partir de los resultados de diferentes estudios científicos se han descrito cambios fisiológicos con la exposición a la altitud (real o simulada, crónica, aguda o intermitente). De la bibliografía analizada en este estudio se describen como resumen los siguientes puntos:

  • 1. Existencia de un acuerdo global sobre la utilidad del entrenamiento aeróbico a baja altitud en combinación con la residencia en altitud moderada para la mejora del rendimiento físico a nivel del mar (living high-training low)5, 12, 13.

  • 2. Diversas investigaciones concluyen que con cortos períodos de exposición ya se aprecian mejoras en el rendimiento anaeróbico aunque existe una menor cantidad de investigaciones concluyentes sobre los efectos del entrenamiento anaeróbico en hipoxia8, 14, 15, 16, 17, 18.

  • 3. Esta mejora en el metabolismo anaeróbico en hipoxia19, 20, 21, 22 sería debida a una potenciación de la vía anaeróbica por la mayor contribución energética de la vía en hipoxia18, 23, 24 y a una respuesta más eficiente a los procesos limitantes por el ejercicio en anaerobiosis (efecto tampón [buffer] y respuesta al estrés)25, 26.

  • 4. En los ejercicios con un número de imitaciones mantenidas y/o repetidas en el tiempo (lanzamientos de balonmano, chuts de fútbol, sprints continuos…) y cuyo nivel de eficacia debe mantenerse hasta el último momento, el rendimiento se puede ver afectado por una disminución en el aporte de energía y por una limitación en la capacidad de mantenimiento de la intensidad requerida. Por ello, la mayor intensidad relativa, la mayor especificidad27, la mayor respuesta a la anaerobiosis (buffer), el aumento de la citrato sintasa15 y de la mioglobina28, un aumento en el número de capilares con el entrenamiento en hipoxia29 y los cambios en expresión de genes PFK por vía anaeróbica en hipoxia30 pueden tener efectos positivos sobre la capacidad de repetir determinados gestos deportivos.

  • 5. La mejora en la recuperación de la frecuencia cardíaca máxima desde ejercicios máximos es un parámetro fisiológico positivo en deportes con carácter de esfuerzo intermitente donde es primordial la recuperación entre esfuerzos máximos. A este efecto, Álvarez-Herms J et al.11 encontraron mejoras en el índice de recuperación de la frecuencia cardíaca máxima desde ejercicio máximo en sujetos que entrenaron fuerza-resistencia en hipoxia intermitente (12 sesiones durante 4 semanas a 2.500 m) respecto a los que entrenaron equitativamente en normoxia. Este punto sería fundamental para aumentar la competencia de los futbolistas por el aumento de su nivel de rendimiento.

Hipoxia y fútbol

Paralelamente al análisis y descripción de la bibliografía existente sobre entrenamiento deportivo e hipoxia, se ha realizado una búsqueda en diferentes bases de datos científico-médicas (Medline, Sportdiscus y Google Scholar) sobre la utilización de la hipoxia y las condiciones de adaptación y de juego en el fútbol. Se acotaron las palabras clave a cuatro: «hipoxia», «fútbol», «entrenamiento» y «aclimatación». La búsqueda se realizó con las palabras clave en inglés. Se descartaron artículos no relacionados con el entrenamiento y competencia en altitud, aclimatación y/o consenso científico. Un total de 12 artículos específicos sobre fútbol e hipoxia han sido revisados extensamente.

En esta revisión se ha constatado que existe controversia sobre la posibilidad de prohibición de la competición futbolística cuando esta se desarrolle a ciertas altitudes, debido a que esta pueda dificultar el rendimiento físico o incluso la salud. A este efecto, se ha analizado la respuesta orgánica fisiológica con la intención de obtener información que permita llegar a un posicionamiento31.

Se ha descrito que competir en fútbol en altitud moderada y sin aclimatación previa reduce el desempeño físico y aumenta la percepción subjetiva de esfuerzo, pudiendo influir negativamente en la vertiente psicológica del deportista32. Levine et al.33 describieron que en el jugador de fútbol, como en cualquier atleta, existe un descenso en su VO2max (rendimiento aeróbico) compitiendo en altitud moderada, con aumento de la intensidad relativa de esfuerzo y manifestando una menor capacidad de recuperación de la vía de los fosfágenos. Este aspecto disminuiría la capacidad de realizar acciones repetidas de alta intensidad. Este aspecto es clave, dada la naturaleza de la ejecución específica en el fútbol, donde gran parte de estas acciones tendrán un importante componente técnico. Ello de debe a una mayor dificultad para captar oxígeno del ambiente y transportarlo a las mitocondrias musculares, lo que se refleja en un descenso en la saturación de oxígeno arterial, que provocaría una mayor acidificación del medio interno muscular.

Sin aclimatación, a medida que aumenta la altitud existen respuestas fisiológicas inmediatas —el aumento de la frecuencia cardíaca y de la ventilación incluso en reposo— como mecanismo compensatorio34, 35. Además, como ya se ha descrito anteriormente, el metabolismo anaeróbico aumenta su protagonismo y con ello la utilización de glucosa como sustrato principal, tendiendo al agotamiento precoz de las reservas, que condicionaría el rendimiento final del deportista. Curiosamente, esta mayor explotación de reservas glucolíticas se traduce en ciertos beneficios en la prevención de patologías como la diabetes mellitus, la resistencia a la insulina y el síndrome metabólico, con la aplicación del entrenamiento físico en altitud moderada (1.700-2.400 m)36. En relación con este último punto, estrategias nutricionales deberían ser tenidas en cuenta para la competencia y entrenamiento en altitud.

Con estas premisas, se han descrito desventajas en equipos no aclimatados a la altitud, cuando estos compiten en altitudes superiores a 2.000 m. Entre ellas destacan la aparición del mal agudo de montaña, el sueño irregular, un aumento en la frecuencia cardíaca basal y en la producción de lactato, y un descenso (dependiente de la altitud y de la tolerancia individual a la hipoxia) de hasta el 25% del VO2max37. Ante estos efectos, se propone la aclimatación previa como método de mejora de la salud y el rendimiento físico en altitud. El uso de la hipoxia intermitente como método de preparación de la competición en altitud se ha propuesto como válido en el rendimiento físico de resistencia aeróbica y anaeróbica38, 39, 40. Además, la respuesta individual puede acentuar la intolerancia a la altitud.

Aunque los parámetros fisiológicos alcanzados en un partido de fútbol no son tan elevados en comparación con los alcanzados en algunos deportes individuales, la mejora que se obtendría con los beneficios del entrenamiento en hipoxia podría hacer aumentar la competencia técnico-táctica del jugador por un aumento en la capacidad. En este caso, Helgerud et al.41, al estudiar jugadores juveniles de la selección noruega de fútbol, observaron que una mejora en el 10% del VO2max se correlacionaba con un incremento del 20% en la distancia recorrida en el partido y de un 100% en el número de sprints realizados. Cuando comparamos el rendimiento en altitud de jugadores aclimatados y no aclimatados, se constatan claras diferencias que podrían influir en el resultado final. Hemos de asumir que esto es muy relativo en función del nivel específico de los equipos (técnico-táctico).

El encaje de la intervención en hipoxia intermitente en la periodización anual

Tal y como se ha descrito42, 43, 44, el fútbol es un deporte complejo en el que el rendimiento final depende de procesos técnicos, tácticos, psicológicos y factores sociales.

Los posibles beneficios que el estímulo de exposición a la hipoxia provoca (Tabla 1) han sido descritos anteriormente, aunque quizás el aumento de sensibilidad al propio estímulo adaptativo sea lo más interesante. A este respecto, el tejido muscular responde a la hipoxia incrementando la expresión de genes inducidos por la hipoxia como respuesta compensatoria45. Este aspecto es importante porque estimula la capacidad de respuesta muscular ante nuevos estímulos y ejerce una respuesta de aclimatación que potencia las perspectivas de respuesta ante desequilibrios homeostáticos (base de la mejora en el rendimiento deportivo).

Tabla 1. Potencialidades e inconvenientes de la aplicación del entrenamiento en hipoxia en el fútbol

PotencialidadesInconvenientes
Mejora de la cualidad física de resistencia

Aclimatación fisiológica y psicológica previa a la competencia en altitud

Mejora de la respuesta hematopoyética

Aumento de la capacidad buffer muscular

Mayor tolerancia al lactato

Respuesta génica (HIF-1) y enzimática específica

Mejora de la frecuencia cardiaca de recuperación después de ejercicio máximo

Aumento de la intensidad relativa de esfuerzo

Aumento de la especificidad de la carga

Posibilidad de exposición pasiva y activa durante fases de recuperación/rehabilitación como método de mantenimiento de la condición física
Falta de estudios científicos aplicados al deporte colectivo

Necesidad de protocolización específica

Coste de la maquinaria

Desconocimiento en la metodología y aplicaciones

Dificultad de introducción en la periodización deportiva

En un estudio previo, Álvarez-Herms et al.11 observaron que cuando el ejercicio realizado en hipoxia es de tipo explosivo, la potencia máxima no disminuye (en comparación con ese mismo ejercicio realizado en normoxia) y la capacidad anaeróbica aláctica no se ve afectada. Aunque la menor resíntesis de fosfágenos puede afectar en la recuperación generando mayor fatiga y acumulación de metabolitos46, este aspecto favorecería procesos positivos de competencia física en mayor medida que en normoxia (potenciación de la carga de entrenamiento aláctica)33.

Existen jugadores profesionales que han utilizado cámaras normobáricas (exposición intermitente) en la búsqueda de la mejora del rendimiento individual. Es obvio señalar que su utilización debe ser bajo supervisión profesional. Los posibles beneficios buscados a partir de una exposición a hipoxia intermitente (activa o pasiva) se obtendrían en la mejora del rendimiento en resistencia: parámetros centrales (cardiovasculares-respiratorios) y periféricos (musculares-enzimáticos), aumentando tanto la capacidad aeróbica como anaeróbica. A tal efecto, también cabe destacar la posibilidad de que existan sujetos con mala tolerancia o baja sensibilidad (malos respondedores) a la altitud. En este caso el efecto no sería positivo, aunque no se han descrito efectos negativos sobre la salud. Por otra parte, se han descrito diferentes modelos de exposición intermitente a hipoxia (intensos y breves o largos y ligeros) que han resultado igualmente eficaces al menos en la inducción de respuestas hematopoyéticas47 (Tabla 1).

La introducción de esta metodología en la periodización anual debería producirse siempre en periodos específicos de la temporada y en paralelo al entrenamiento grupal (técnico-táctico específico).

Según Bangsbo44, la prioridad del entrenamiento en la temporada se resume en:

  • • Entrenamiento aeróbico: máxima prioridad en la pretemporada. De baja a alta intensidad. Durante la temporada existe un mantenimiento entre máxima prioridad (alta intensidad) y moderada-alta prioridad (baja intensidad).

  • • Entrenamiento anaeróbico: en la pretemporada (velocidad y resistencia a la velocidad). De muy baja prioridad a máxima prioridad al final de la pretemporada. Durante la temporada la velocidad es de máxima prioridad y la resistencia a la velocidad, entre alta y máxima.

  • • El entrenamiento de fuerza durante la temporada es entre bajo y alto, pero nunca máximo.

  • • La flexibilidad es siempre alta prioridad durante toda la temporada.

Las intervenciones de exposición a hipoxia deberían coincidir con ciclos de preparación especial o con los periodos en los que el jugador se encuentra lesionado. Deberían introducirse en ciclos de carga y con alta intensidad específica sobre las cualidades específicas aeróbicas y anaeróbicas, pudiéndose utilizar el entrenamiento de fuerza simultáneamente a la hipoxia para poder lograr un entrenamiento más completo y específico.

Se proponen 3 fases en las que podría ser útil la introducción de carga externa a través del uso de la hipoxia:

  • • Parte inicial de la temporada: fase intensiva de la pretemporada como un estímulo superior y máximo de trabajo sobre la resistencia.

  • • Fase central de la temporada: a nivel individual sobre jugadores con necesidades de potenciación de la condición física. En función de la especificidad de cada jugador podrían introducirse ciclos de carga intensiva en fases de descanso de competición (periodos de inactividad superiores a 4 o 5 días: navidades-festivos).

  • • Fase final de la temporada o en períodos después de lesión-inactividad. Como método de entrenamiento que posibilite la intensificación de la carga externa sin necesidades específicas de transferencia a la competición. Como método de mantenimiento de la condición física y/o mantenimiento de procesos adaptativos continuos.

Conclusiones

A partir de lo expuesto en este trabajo, se concluye que el uso del entrenamiento en hipoxia en el fútbol competitivo de alto nivel podría ser beneficioso y positivo como método de mejora del rendimiento físico (no técnico-táctico) y en el mantenimiento del nivel físico adquirido en procesos de lesión o rehabilitación. Dada la escasa información disponible sobre esta temática que oriente a su utilización y prescripción, son necesarios más estudios que permitan completar la información disponible sobre la aplicación de esta metodología en los deportes colectivos. Se ha descrito el menor rendimiento fisiológico (menor VO2max) en altitud superior a 2.000 m sin una aclimatación previa. Las diferentes metodologías de aplicación en el fútbol no han sido descritas, pero existen propuestas —como el live high-training low aplicado en deportes de resistencia aeróbica individual— con resultados positivos. La mejora del metabolismo anaeróbico con el entrenamiento en hipoxia se mantiene inconcluso por la gran variabilidad de estudios y resultados en este campo. El uso individual de deportistas para mejorar su rendimiento individual sería prescrito atendiendo a los estudios que refieren mejoras específicas del metabolismo aeróbico y anaeróbico en deportistas altamente entrenados. Se requieren estudios aplicados de campo en deportes colectivos que incidan en la periodización del entrenamiento y en su aplicación en deportistas lesionados como estímulo superior para mantener estados de forma.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.


☆ La temática de dicho artículo ha sido presentada en el I Congreso de fútbol RCDE-INEFC realizado en el INEFC de Barcelona el 1 junio de 2011 con la organización conjunta con el club de fútbol profesional Español de Barcelona. Dicho artículo no ha sido publicado en ninguna otra revista ni enviado para su aceptación.

Recibido 29 Noviembre 2011

Aceptado 26 Marzo 2012

Autor para correspondencia. jalvar54@xtec.cat

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